A casi todos los cordobeses nos sorprende ver turistas en los meses de julio y agosto en la ciudad. Curioso esto, porque ellos a fin de cuentas están de descanso y en unos días se irán, pero nosotros los cordobeses tendremos que pasar gran parte del verano en la tórrida ciudad. Aunque yo creo que lo que realmente nos sorprende es verlos en conductas un tanto impropias para nosotros. Por ejemplo: paseando a las cinco de la tarde con el plano guía buscando un nosequé. Por esto, desde Hotel Viento10 queremos daros unos consejos, una especie de guía de primeros auxilios para disfrutar (que se puede) incluso en estos meses del estío.
Lo primero y esencial: Cambia tus horarios de comidas estos días, no me seas bruto, llevamos milenios perfeccionando la manera de sobrevivir aquí, y los cordobeses comemos en verano pasadas las tres de la tarde. No pretendas comer a las 12 y cenar a las siete, harás la digestión en las horas de más calor y no te resultará nada agradable. ¿qué vas a hacer a las doce y media, dormir la siesta?. Pues eso es justo lo que hay que hacer después de comer, a las tres por supuesto. Busca un refugio fresco, vuelve a tu habitación y desaparece por un par de horas o tres del plano de la ciudad, en él a esas horas no quedan ni las moscas. Esto es vital si quieres sobrevivir, pues el segundo punto esencial es madrugar después de disfrutar la noche hasta la madrugada, es decir, durmiendo poco.
Madruga!. Los cordobeses somos muy madrugadores, sorprende ver la actividad que la ciudad tiene por la mañana temprano. Buscamos “la fresquita” un período de tiempo que va de la alborada hasta el mediodía. La temperatura entonces es humana y permite la actividad sin sufrimiento. Aprovecha esas horas para pasear por la ciudad, hacer compras, etc. Pero no te equivoques, no vayas a primera hora ni a museos ni a la Mezquita, deja estas visitas para el final de la mañana que ya habrá subido la temperatura y estos lugares son un refugio para el calor. Los museos están climatizados, y la Mezquita es una inmensa “bodega” de piedra y de altos techos que mantiene una temperatura constante. Pasea despacio y siempre por la sombra, disfrutarás más de esta encantadora ciudad.
Bien! es la hora de comer, es decir: las tres. Aquí también hay truco. Huye de las terrazas por muy bonitas y llenas que estén, hace mucho calor en ellas para comer, es preferible entrar dentro del restaurante y comer en una sala fresca. Come lo que quieras, que la cocina en Córdoba es toda muy buena, y además después te vas a dormir la siesta. Pero mi recomendación es que tomes una entrada fresquita; un salmorejo, gazpacho o alguna rica ensalada, y después lo que quieras al gusto, algo de carne o pescado. Ten cuidado con el alcohol, no te pases, es recomendable tomar el justo para dormir una buena siesta pero no para levantarse con resaca. Como la sed y la necesidad de hidratación puede jugarte una mala pasada si decides sofocarla solo con alcohol, los cordobeses tenemos costumbre de tomar el Vargas (o tinto de verano) es una mezcla de vino tinto y gaseosa con mucho hielo y limón, está muy rico, es refrescante e hidratante y puede acompañar muy bien la comida.
La siesta es clave. Como ya dijimos antes, la ciudad en las primeras horas de la tarde para y desaparece, y salvo que quieras aprovechar este fotogénico momento para hacer fotos insólitas, lo mejor es que desaparezcas tú también. Una siesta de una hora o más en un lugar fresco y en penumbra es medicina para el cuerpo. Cuando te despiertes, las siguientes horas han de ser para tí, para tus cosas. Una sesión de Spa, o/y un buen masaje corporal en nuestro hotel es sin duda la mejor idea. No tengas prisa por salir, haz esas cositas pendientes o una buena lectura en nuestra terraza mientras ves como el Sol se va apagando. Cuando haya desaparecido es el momento perfecto para volver a la calle, hay una estupenda noche por delante.
Las noches de verano son largas en Córdoba. Puedes elegir el plan de una buena película en los cines de verano, un verdadero mito en la ciudad y un plan fresquito y divertido. La noche es el momento perfecto de las terrazas en verano. Elige las de las orillas del río o las ubicadas en zonas ajardinadas, son las más frescas. Siéntate en ellas como si te sentaras en una terraza parisina, pide lo que quieras que estas son muchísimo más baratas, y disfruta mientras ves la vida pasar a tu alrededor. Hasta las dos de la madrugada suelen estar abiertas la mayoría.
Algunos enlaces de interés:
Piscinas en Córdoba
Programación de los Cines de Verano