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Es el Modernismo un estilo que nace en plena revolución industrial y que es bautizado en cada país con un nombre distinto: Art Nouveau para los franceses, Jugendstil para los germanos, Sezession en Viena, Modern Style para los ingleses o Liberty o Floreale para los italianos... este apenas deja huella en la ciudad de Córdoba, pero lo poco que deja y que pertenece en su totalidad al mismo arquitecto, es sin duda muy interesante de ver.
El Modernismo está directamente relacionado con la prosperidad industrial y en España crece al abrigo de las ciudades que viven con intensidad la segunda industrialización. El Levante español; de Barcelona a Cartagena es, a grosso modo, el sitio donde de la mano de la mecanización de las industrias textiles, florece de forma brillante este original estilo artístico. Pero esta prosperidad empujada por el éxito de las hilaturas catalanas, está directamente relacionada con la profunda crisis que en esos años asola el sur de España. Por decisiones políticas se desmantela toda fabricación textil en Andalucía, que era uno de los puntales de su economía. La situación además, se ve agravada por un largo y terrible ciclo de sequías que a mediados del XIX provoca la hambruna en todo el Sur. No hay vida entonces, y por lo tanto apenas hay arquitectura en los tiempos del auge del Modernismo.
En Madrid y por otros motivos tampoco prospera, aunque el Palacio Longoria sea su “verso suelto”. En Córdoba también tenemos nuestro “verso suelto” que es el arquitecto Adolfo Castiñeyra y Boloix. Hijo de un maestro de obras palmeño, estudió Arquitectura en Madrid y obtuvo su título en 1888. Vuelto a Córdoba es nombrado arquitecto del Ayuntamiento, de la Diputación y más tarde del Obispado. Dirige la restauración de la Iglesia de San Pablo junto a Mateo Inurria y fue también director de la Escuela de Artes y Oficios.
Castiñeyra nos deja en Córdoba un interesante grupo de edificios todos de estilo modernista, con dos joyas dignas del mejor modernismo europeo. El primero en la calle Gran Capitán, esquina con Reyes Católicos. En 1907 levanta un pequeño palacete al más puro estilo del modernismo francés (Art Nouveau). Es una fantasía vegetal donde grandes troncos de rosales de piedra trepan por sus fachadas. Un excelente trabajo de herrería cierra su pequeño jardín y el interior conserva todos los elementos diseñados por Castiñeyra en este florido estilo; vidrieras, murales, molduras… Hoy es la sede del Colegio de Arquitectos, comparte el jardín con una cafetería donde en su terraza podemos disfrutar de esta arquitectura.
El segundo es la antigua sede de la Diputación, levantado en 1906 en la esquina de las calles Alfonso XIII y Carbonell y Morand. Convertido hoy en Instituto de Enseñanza Secundaria, es un enorme edificio construido bajo las eclécticas pautas del modernismo alemán (Jugendstil) y tiene como motivo vegetal al girasol, de hecho este edificio recién construido fue bautizado popularmente como la Casa de los Girasoles (lástima que se perdiera este nombre). Grandes girasoles adornan las claves de los arcos y las enormes volutas que sustentan las balaustradas, dándole al edificio la certificación de Modernista.
La popularmente conocida como calle Nueva (Claudio Marcelo) es otro de los escenarios donde Adolfo Castiñeyra despliega su creatividad. Al menos cinco edificios de esta modernista calle que se está trazando entonces, llevan su firma. Son sólidas construcciones con esqueletos de hierro fundido que adornan sus ventanas con motivos modernistas. Una última pieza que me gustaría reseñar por lo poco conocida que es, está en la céntrica calle de Braulio Laportilla, es un edificio de pisos con interesantes detalles modernistas y que es fruto también de la creatividad netamente modernista de Castiñeyra.
Tiene así mismo este arquitecto una zona de actuación en la provincia muy interesante. Es el área minera del valle de los Pedroches, en aquel momento con gran actividad industrial y que solicita de sus servicios. Son muchos los edificios que construye o proyecta Castiñeyra en estos pueblos, pero destacaremos por su interés la Casa Cardona, en Fuente Obejuna, el más notable edificio modernista de la provincia.
Y no se me olvida mencionaros que el Chimeneón, un resto industrial de la Antigua fábrica de aceites Carbonell, que hoy preside la plaza que hay enfrente de la torre de la Malmuerta, es también obra de este arquitecto, lo realiza en colaboración con su hermano; el ingeniero industrial Alberto Castiñeyra Boloix.
Ya sin más preámbulos paso a mostraros las fotos de algunas de las obras de este interesante arquitecto cordobés.
© Fotografías: Luis Calvo Anguís
