El viaje de los románticos a España tiene un antecedente y posiblemente su semilla en los viajes de los ilustrados del siglo XVIII. Entre ellos, este del inglés Henry Swinburne es muy relevante por la atención que dedica a Córdoba. Este libro tiene una oscura intención y es acrecentar la leyenda negra sobre España que fomentan algunos países en beligerancia entonces con el nuestro.
Para ello Swinburne destaca la herencia árabe de los grandes monumentos como la Alhambra y la Mezquita, y su opulento pasado, frente a la miseria, también exagerada del momento presente. Marcando en cierta manera así, los contenidos de la enorme bibliografía que sobre la ciudad escribirían en el XIX los románticos que la visitaron.
Henry Swinburne nació en Bristol en 1743. Tras vivir en Burdeos durante casi un año aceptaría la invitación de un amigo suyo, Sir Thomas Gascoigne, para realizar un largo viaje por España, con la idea de visitar este país tan poco conocido y la posibilidad de escribir un libro en el que relatara sus impresiones. Fruto de tal experiencia, de casi un año de duración, fueron sus “Travels through Spain in the Years 1775 and 1776”, publicado en Londres en 1779 e ilustrado con «varios monumentos de arquitectura árabe y romana» tomados del natural por el mismo Swinburne.
Contiene este libro una muy interesante lámina con una vista general de Córdoba en la que se pueden apreciar algunos datos curiosos. Sabemos que la fecha exacta del dibujo es la primavera de 1776, unos años después de que Miguel Verdiguier levantara el Triunfo de San Rafael que ya podemos apreciar en el grabado. También hace pocos años que el terrible terremoto de Lisboa asoló todo el sur de la península, causando daños en muchos edificios de la ciudad. Entre ellos la torre de la Calahorra, que en el grabado aparece en un estado de ruina que muy posiblemente fuera el aspecto de los daños producidos por el terremoto, y que serían luego reparados. La torre que aparece a la derecha es una torre octogonal que estaba muy cerca de nuestro Viento10 y que hoy está desaparecida incluso de nuestra memoria. Llamada la “Torre de las siete esquinas” se cree que fue tan dañada por el terremoto de Lisboa, que hubo que demolerla. Sin embargo, aparte de algún daño visible en las almenas, la torre parece estar en buenas condiciones en el dibujo. Swinburne tiene cuidado en su dibujo de representar la forma de colocar las piedras en la construcción (a soga y tizón) pues ya en el libro da cuenta de esta técnica de construcción tan típica en los edificios monumentales de Córdoba, y que tanto le llama la atención.
Por último, y como detalle del interés que tiene su lectura, os pongo aquí su comentario sobre los botijos de Córdoba, que creo que es la primera referencia bibliográfica sobre estos ingenios cordobeses.
…”Yo podría idear un método para transportarte algunos de los finos recipientes de barro, llamados buxaros (búcaros, botijos), que se hacen en Andalucía. Son muy convenientes para los bebedores de agua, ya que son ligeros y prácticos: no están más que medio cocidos, son muy porosos, y la frescura se mantiene gracias al filtrado del agua aunque se coloquen al sol. El agua en este recipiente permanece tan fría como el hielo. Una circunstancia difícil de comprender en una tierra refreída por el sol, después de una larga sequía.”