El Metro en Buenos Aires (“Subte” para los porteños), fue y lo sigue siendo, un verdadero museo de la cerámica argentina. Hay murales en todas las estaciones, y no solo cerámica; hay esculturas, pinturas, vidrieras, mosaicos...o como la línea D que está considerada Monumento Histórico Nacional por sus murales. Los tienen dedicados a Mafalda, a Gardel e incluso a Messi y Maradona. Desde 1910 que se establece la linea 1, los murales cerámicos han decorado las estaciones hasta la actualidad, una seña de identidad de la ciudad y un maravilloso espectáculo para el viandante.

La  Línea C es conocida como “La línea de los españoles” por la elección de temas que evocan paisajes típicos de las ciudades más importantes de España. De los alfares de Triana y los de Zuloaga en Segovia, llegan los murales cerámicos que decoran esta estación que fue construida con capital español.

Pero esta no es la única presencia de artistas españoles en este gigantesco museo que son las estaciones del “Subte”. Un artista cordobés, Rafael Cuenca Muñoz, decoró a finales de los años treinta del siglo XX, dos importantes estaciones del Metro bonaerense. Sus diseños están pintados sobre galleta cuadrada  por los ceramistas Cattaneo y Cía. en murales de grandes proporciones y que han sido recientemente restaurados.

La estación “Palermo” posee en su vestíbulo un mural de 3,6 x 2,2 metros de superficie basado en un boceto de Rafael Cuenca Muñoz de 1934, y realizados por los ceramistas Cattaneo y Compañía en Buenos Aires, El mural se titula "La espera" y está ambientado en Almería y representa a una mujer despidiendo un barco recién zarpado del puerto de la capital mediterránea, una clara alusión a la tragedia de la emigración y el exilio.. http://www.buenosaires.gob.ar/subte/galeria/linead

En la Estación “Pichincha” de la Linea E se pueden ver dos enormes dibujos de Rafael, llevados a murales cerámicos por los mismos ceramistas que trabajan en los de la Estación Palermo. Sus títulos son “Vistas del Pichincha en Ecuador I y II” y recrean el paisaje andino que preside el mítico volcán Pichincha.

Rafael Cuenca Muñoz (Córdoba, 1894 - 1967) pertenece a una generación de pintores, en cierto modo apagada por la rutilancia de Romero de Torres. Becado por la Diputación estudia en San Fernando, Madrid. En poco tiempo es ya director de la Academia de Bellas Artes de Albacete. Editor, caricaturista pero sobre todo pintor con una habilidad especial para el retrato, no va mal la carrera de Rafael. Expone en Madrid y Bilbao con éxito.

En los primeros años 20 Cuenca Muñoz ejerce la docencia en Albacete como director de la Academia de Bellas Artes. Es en esta ciudad manchega donde en mayo de 1924 da a la imprenta el primer número de la revista Centauro, de la que es director y propietario. Configurada como revista semanal ilustrada, contiene secciones sobre arte, literatura, deportes, toros, en un formato al uso de la época. Con posterioridad marcha a Huelva, donde trabaja como caricaturista en numerosos diarios y revistas, que muestran sus hábiles aptitudes satíricas. Continúa mientras tanto con su producción pictórica, donde hay gran presencia de la técnica del pastel.

En mayo de 1932 expone en los salones de la Unión Iberoamericana, en Madrid. En el mes de noviembre realizó otra exposición de sus pinturas en Bilbao, en las salas del Hotel Carlton. Su producción es abundante en estos años, exponiendo en numerosas ocasiones; en 1934 celebra tres exposiciones seguidas en Madrid sólo en los cuatro primeros meses del año, una de ellas en el Círculo de Bellas Artes, donde expone sesenta obras, predominantemente retratos femeninos e infantiles, alguno de hombre, bodegones y desnudos. Este mismo año expone en el Círculo de la Amistad de Córdoba, en una muestra organizada por el Ayuntamiento y la Diputación.

Tras la Guerra Civil, Muñoz Cuenca se exilia con su esposa Rocio en Argentina, donde su pintura se afianza en la visión costumbrista. La mujer es ahora prácticamente protagonista de la obra del pintor. Majas, bailaoras, gitanas, se suceden en los lienzos del pintor cordobés, que logra gran éxito en exposiciones realizadas en numerosos países americanos. Sus grandes dotes de retratista siguen proporcionándole asimismo gran cantidad de trabajos, retratando a numerosos personajes de la vida social argentina. También cultiva el género del paisaje, centrado en su añoranza de la tierra andaluza. La nostalgia de su tierra le hace volver a España en el último tramo de su vida, falleciendo en 1967.

Catálogo de las obras que contienen a día de hoy las estaciones del Metro (Subte) porteño, por si le quieres echar un vistazo. Vale la pena para comprobar cómo de importante es este hecho cultural porteño.
http://cdn2.buenosaires.gob.ar/subte/libro_de_arte_subte_version_web.pdf