La tradición de ermitaños en Sierra Morena es tan antigua que hay quien asegura que el origen de esta práctica religiosa en Europa es Córdoba. Es el Obispo Osio quien al regresar a la ciudad y después de conocer a San Antonio Abad, la implanta por primera vez en Occidente. Pero la Ermitas, las famosas 13 casitas blancas que coronan la sierra sobre Córdoba, son de creación algo más reciente.
El año 1703, a instancias del Hno. Francisco de Jesús ante el Ayuntamiento de Córdoba, éste les concede la posesión de la cumbre del llamado Cerro de la Cárcel, terreno baldío y realengo, para que allí se trasladen todos los ermitaños hasta entonces dispersos por las faldas de la sierra.
Es el año de la fundación de Las Ermitas en su actual emplazamiento. En los seis años siguientes se construye la iglesia, las trece ermitas y la cerca del Desierto que se llamó desde entonces de Nuestra Señora de Belén. Pero porqué se le puso ese nombre? Pues esto lo explica muy bien Bartolomé Sánchez de Feria en un libro que publica en 1782, con el título de "Memorias sagradas de el Yermo de Córdoba" y cuyo párrafo donde se narra el episodio, os pongo a continuación:
Página 361
No le fué vana su esperanza como lo acredita el caso siguiente: hallavase nuestro Venerable Francisco en el empeño de acabar las Celdas que tenia trazadas en el Desierto Iglesia y Coro y con el motivo de buscar algunos auxilios se dirigió á Sevilla en compañía del Hermano Ignacio de San Francisco Una persona á quien llegó á pedir limosna movido del Cielo le preguntó quanto seria necesario para concluir la obra que tenia comenzada Respondiole que para esto faltaba hasta unos doscientos pesos Respondió esta persona vayan vuestras mercedes seguros que á mi cargo queda darles esa cantidad: gasten lo que tienen junto mientras á mi me llegan ciertos caudales, que espero, con que satisfare esa cantidad y dentro de quatró meses venga el Hermano Ignacio, y volverá socorrido. En efecto asi se executó, y recogió el dicho Hermano los docientos pesos, y trajo tambien la vidriera que hoy tiene nuestra Señora de Belén, hermosa y devotisima Imagen, que havia colocado nuestro Venerable en la Iglesia á quien dedicó aquella Capilla que es la Titular de la Congregacion, honor, gloria, y ornamento de élla: unica esperanza de mi Alma, y por quien el Cerro, que antes se llamó de la Carcel se denomina hoy el Cerro de Belen.
Hoy no queda rastro ni documento sobre esta antigua vidriera que dio nombre a las Ermitas, las que hoy pueden verse en su lugar, están dedicadas a San Antonio Abad, San Juan y a la Sagrada Familia y son del siglo XX. Se desconoce en qué momento desaparece pero es posible que fuera durante la desamortización de 1836 y que afectó a las ermitas hasta 1845.
Cómo pudo ser esta antigua y desaparecida vidriera. (Hipótesis)
Para intentar reconstruir el aspecto que tuvo esta decisiva vidriera, debemos ir a las primeras imágenes conocidas de la representación de esta Virgen de Belen cordobesa. La más antigua es este grabado de Bartolomé Vázquez realizado en 1795, cuando según el texto de Sánchez de Feria, la vidriera aun estaba en la iglesia de las Ermitas. Parece razonable pensar que la iconografía y el diseño de esta imagen fuera la correspondiente a la desaparecida vidriera.
También esta vieja medalla fechada en 1825, aunque las hay anteriores con la misma representación, que se guarda en la colección de medallas del Museo Arqueológico Nacional, reproduce la misma imagen que el anterior grabado.
La imagen bien pudiera haber sido tomada de la vidriera, pues su composición hace extremadamente sencillo dividirla en zonas limpias que bien pudieran ser cortadas en vidrio y ensambladas para componer los colores de esta vidriera que vino de Sevilla, lugar donde debido al impresionante trabajo de vitrales de su catedral, trabajaban un nutrido y muy profesional círculo de vidrieros.
Aquí va mi propuesta!
NOTA: Todos los modelos de la Virgen de Belen utilizados por los ermitaños, y porqué no la propia vidriera, siguen el modelo de la muy famosa y milagrera (dicen) que pintó Francisco Camilo (Madrid, c. 1615--1673) para la Iglesia de San Antón en Madrid y que fue muy popular en España por sus propiedades "mágicas".