Hasta ahora, y como certifica el estudio publicado por José María Báez "Imágenes y visiones de Córdoba” (2012) se conoce la existencia de dos cuadros pintados por el asturiano Regoyos en su visita a Córdoba acompañado de Pío Baroja. Pero parece que al menos hay otro cuadro más que yo tampoco conocía hasta encontrármelo por casualidad en la Red. Regollos es considerado el pintor de la generación del 98, también uno de los impresionistas españoles más destacados.

VEAMOS LAS PINTURAS QUE REGOYOS HIZO EN CÓRDOBA

El primero conocido es “Torre en Córdoba”, Óleo sobre lienzo, 65 x 54 cm, que pertenece a una colección privada de Pamplona. Es una bella pintura de la torre de la Iglesia de Santiago, la misma que podéis disfrutar desde la terraza de Viento10. Está pintado desde el jardín interior del Palacio de Benamejí, ubicado en la cercana calle de Agustín Moreno y que hoy es la sede de la Escuela de Artes de Córdoba. Añado una fotografía desde el lugar del jardín más o menos exacto donde lo pintó. La vegetación del jardín ha crecido un poco.

El segundo es  “Una calle en Córdoba, 1905”. Óleo sobre tabla, 40 x 31,5 cm. Pertenece a una colección privada de Madrid. Es la calle Santa María de Gracia en su tramo desde San Lorenzo hasta la plaza del Realejo. La espadaña corresponde a un desaparecido convento en cuyo solar hoy se ubica la plaza del Poeta Juan Bernier. Este cuadro aunque pertenece al período más luminoso e impresionista de Regoyos, rezuma algo de su anterior etapa de “España negra”.

Y el tercero y hasta ahora desconocido es “Jardín de Córdoba” y del que tengo pocos datos. Lo encontré por casualidad en una página de subastas de Internet. Es un óleo sobre tela de 60 x 50 cm. Al parecer fue vendido por esta casa en 1990 por lo que el cuadro está en manos de un coleccionista privado. Corresponde también al palacio de los Marqueses de Benamejí, escenario principal donde Baroja sitúa parte de la acción de su novela “La Feria de los Discretos”. Al fondo puede verse la torre de la Iglesia de San Andrés y la Sierra de Córdoba.  Este estanque es poco conocido por los cordobeses, pues el acceso está restringido solo a los estudiantes de Artes.

UN POCO DE HISTORIA

El novelista conoce al pintor en 1901, en la ciudad de San Sebastián, y desde entonces serán buenos amigos y compañeros de viajes.  Baroja lo define así: «Tenía una cara jovial y sonriente, con un ojo más alto que otro. Era un hombre cándido, sin malicia, y tan aficionado a preguntar, que ponía en un compromiso a cualquiera». Baroja trató de comprender al artista, a los que muchos le trataban de loco, y de ese proceso le salió esta apreciación. «Yo no he conocido a ningún pintor que tuviera ingenio y originalidad más que a Regoyos».

En 1904 Pio Baroja y Darío de Regollos viajan juntos a Córdoba, Baroja busca datos y notas para su próxima novela que después escribirá en el Monasterio del Paular; “La Fería de los Discretos”.
Sobre la visita de Baroja y Regoyos a Córdoba se ha escrito mucho y con bastante imprecisión. Valga el dato de que los autores no se ponen de acuerdo en el año en que visitaron la ciudad, algunos la fechan en 1903, otros en 1904 y hasta en 1905, lo más seguro es que la visitaran en mayo de 1904. El palacio de los marqueses de Benamejí será foco central de la visita y motivo de dos de los tres cuadros pintados por Regoyos en Córdoba. Esto es debido a que por ese entonces el edificio de la calle Sol, era ya Escuela de Artes Industriales y estaba dirigido por Mateo Inurria, buen amigo de Darío y que les acompañará en sus paseos y tertulias por Córdoba. Es esta circunstancia la que permite que Regoyos pinte con tranquilidad en el interior de sus románticos jardines. No es cierto que como aseguran algunos estudiosos, sea Julio Romero de Torres el que los pone en contacto. Es justo al contrario. Es Mateo Inurria el que los pone en contacto, ya que en ese año Julio Romero es profesor agregado de la Escuela de Artes Industriales de Córdoba. Es ahí donde coinciden y se conocen.