Esta es la única fotografía tomada en Córdoba, que hoy nos queda del que sería llamado L’oeil du siècle, el mejor fotógrafo del siglo XX: Henri Cartier-Bresson.
La revista "Vu Magazine" envió a Cartier a cubrir las elecciones españolas de 1933. Más allá de las elecciones en sí, el fotógrafo vio en España diversos fenómenos sociales que a su juicio merecían pasar por el lente de su cámara: pobreza, prostitución, lugares abandonados o personas dormidas en lugares públicos tal como también retrató en Francia, Italia, México y Estados Unidos.
El fotógrafo visitó Toledo, Alicante, Barcelona, Granada, Córdoba, Sevilla, Madrid y las zonas españolas de Marruecos; de allí obtuvo la riqueza de imágenes que forman parte de su portafolio trotamundos. Cartier acaba de comenzar su trayectoria como fotógrafo (1932)
Del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 1933 el joven Henri Cartier-Bresson, que en esos meses está afincado en España, presenta en el Ateneo de Madrid una notable exposición de “fotos antigráficas”. Se trata de la segunda muestra de su vida artística. La primera ha tenido lugar tan solo dos meses antes, del 25 de septiembre al 16 de octubre, en la Galería Julien Levy de Nueva York. También se ha presentado con el título “Anti-graphic photography”. En ambas exposiciones fue seleccionada y exhibida esta fotografía de Córdoba. Esta exposición del Ateneo estuvo organizada por Guillermo de Torre y el torero Ignacio Sanchez Mejias, gran amigo de Garcia Lorca el cual le dedica el famoso poema A la cinco de la tarde. («Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura»)
Es seguro que Cartier-Bresson disparó muchas más fotografías que las que nos han llegado. También es seguro que no solo hizo una foto en la ciudad de Córdoba. No se si investigaciones aun por hacer, nos permitirán ver esos negativos que a buen seguro hizo de Córdoba, y que hoy están completamente perdidos. Pero será difícil sino imposible, pues Bresson, que en los primeros años hace también el trabajo de cuarto oscuro, es terríblemente exigente con su propio trabajo y destruye todos los negativos que no considera a la altura de sus objetivos. De hecho casi todo el material gráfico que hoy disponemos de los primeros años del fotógrafo, proceden no de negativos, sino de las copias que se positivaban para estas exposiciones o para la publicación en revistas.
SOBRE LA FOTO
No tuvimos suerte con esta fotografía los cordobeses, solo sabemos que fue tomada en la ciudad porque así la tituló su autor "Córdoba 1933". esta pudo ser tomada en cualquiera de las calles comerciales de la ciudad; desde la bulliciosa Gondomar hasta las tiendas de la calle Nueva o Espartería. Lo que no cabe duda es que es pura esencia de Cartier-Bresson. Dos grandes elementos comparten el cuadro, por un lado un cartel publicitario, que es uno de los objetos preferidos de fotógrafo, que los captura por todo el planeta buscando el contraste de la imagen impresa con la realidad que lo rodea. El otro contrapunto es una mujer vestida de negro y con la mano apoyada en el pecho de tal forma que inevitablemente nos lleva a las pinturas del Greco, uno de los pintores de culto del movimiento surrealista. Hay que recordar que hasta sus comienzos en la fotografía, Bresson era pintor y dibujante, y esta fue en cierta manera su verdadera pasión, que le llevó, ya anciano, a abandonar la fotografía y dedicarse de nuevo a la pintura. Poco más podemos averiguar en este fotografía, salvo que la lencería parece ser por las etiquetas, las vende un señor de Murcia de nombre Antonio Marín Jordán.
Texto: Luis Calvo
Fuentes:
Ateneo de Madrid.
www.moma.org