A pesar de que en el momento de su concepción (1979) su ubicación era en algún lugar de la Sierra cercano a la ciudad de Córdoba, como bien certifica su nombre y la página del proyecto que guarda el MOMA y que puedes ver arriba, finalmente se construyó en 2004 a 40 kilómetros al norte de Sevilla, en la finca La Roda entre los términos municipales de Burguillos, Guillena y El Ronquillo.
Posiblemente el cambio de ubicación se deba a que en la construcción en su lugar actual en la provincia de Sevilla, colaboró el arquitecto sevillano Felipe Palomino, que formó parte del estudio de Ambasz en Nueva York hasta 1995 y que desde entonces es socio en España del arquitecto argentino.
Desconozco en qué momento Ambasz visita Córdoba y más concretamente sus Ermitas, pero no cabe duda de que provocan en él una profunda impresión que da como resultado esta joya de la Arquitectura. Es difícil precisar si son las Ermitas de Córdoba las que provocan un visión nueva de la arquitectura en este diseñador, o si se produce una comunión entre las casitas blancas del Desierto de Belén y su manera de ver el oficio, lo que es seguro, es que hay un antes y un después de su visita a las Ermitas.
Diseñada en 1976 por el argentino Emilio Ambasz con la intención, en principio, de levantarlo -insisto- en las afueras de Córdoba, el edificio se caracteriza por dos muros blancos que forman un ángulo de 90 grados y se alzan sobre una pradera, lo que da idea de un barco de vela que navega por un mar de intenso verde. Es una obra poco convencional y quizás la más sorprendente de las ejecutadas por este arquitecto argentino. Está caracterizada por la mezcla entre naturaleza y arquitectura moderna. La casa es una reformulación moderna de la tradicional casa andaluza, en torno a un patio, en el que todas las habitaciones se encuentran entorno a él. Para mantener la casa fresca en un clima caluroso y seco como el del sur de España, el edificio en sí está aislado por una capa de tierra. Dos ásperas paredes estucadas se encuentran en un ángulo recto, creando un parasol para la casa definiendo su entrada.
Emilio Ambasz está considerado el padre de la fusión entre los materiales creados por el hombre y la naturaleza, lo que él denomina "el verde sobre el gris" o la búsqueda de nuestro sitio, el del ser humano, en la naturaleza. "Debemos diseñar un pacto de reconciliación en el que tengamos ambos elementos, el edificio y el jardín. Es decir, el 100% de cada uno, orgánicamente integrados. En dicho concepto, el edificio devuelve, en forma de vegetación accesible para la comunidad, la máxima cantidad posible de la tierra que abarca", apunta Ambasz. Esta “ermita” es toda una declaración de principios de este arquitecto y diseñador.
¿Dónde se encuentra?
Verlo desde fuera se puede ver perfectamente. Desde la A-66, una vez pasados los viaductos que cruzan la Rivera de Huelva. Lo mejor es desviarse a la antigua N630 y desde allí se ve la casa muy bien, cerca de la presa del embalse de la Minilla. Visitarla por dentro es casi imposible. Es una finca privada, y que yo sepa, no organiza ni permite visitas. El coautor del proyecto de la Casa de Emilio Ambasz, el arquitecto sevillano Felipe Palomino, señaló a Efe que esta Casa es usada por Ambasz como residencia privada por temporadas y aclaró que «la vivencia de esta vivienda te lleva a reflexionar sobre ti mismo».
La Casa diseñada por Ambasz aún conserva el nombre de “Casa Córdoba” en numerosa documentación:
http://www.archdaily.com/224879/classic-cordoba-house-emilio-ambasz
En el MOMA donde Ambasz fue curador en esos años:
http://www.moma.org/collection/works/689?locale=en
Página de la Casa
http://casaderetiroespiritual.com/
Quizás no lo sepas...
En el Concurso Internacional de Ideas convocado para la EXPO´92, fue la idea y la visión de futuro que presentó el arquitecto argentino Emilio Ambasz la que obtuvo en 1986, el Primer Premio del Concurso.
Incomprensiblemente Ambasz fué premiado “ex aequo” con el ingeniero José Antonio Fernández-Ordóñez, hermano de Francisco y Miguel Angel Fernández-Ordóñez, y mucho más próximo al poder que Ambasz. El proyecto que definitivamente se realizó fue el de este segundo premiado.
La idea de Ambasz era crear tres lagos en una de las orillas del Guadalquivir y solo construir en tierra los edificios más necesarios para la ciudad. En esos tres lagos se instalarían los pabellones de los países, que serían barcos. "Era una alegoría. Los españoles llegaron hace 500 años y ahora les devolvemos la visita", indica el arquitecto. Esos barcos se marcharían después de la muestra. La ciudad estaría conectada a la Expo mediante pequeños barcos como los 'vaporettos' venecianos. "El proyecto no ganó y todos sabemos como está ahora lo que se hizo", comenta con media sonrisa.
Un video de "La Ermita perfecta"
Casa de Retiro Espiritual from Emilio Ambasz on Vimeo.