Hoy llamada de Agustín Moreno y ayer “Mayor de Santiago”, la larga y milenaria calle del Sol es la espina dorsal del popular barrio de Santiago;. Llamada así quizás porque su radical orientación este-oeste, obliga a transitarla en el estío sin la protección de las sombras, o quizás porque fue el camino para llegar a la desaparecida Puerta del Sol del recinto amurallado de la Axerquía.

Nuestra calle del Sol es un libro abierto y con estampas, de la historia total de Córdoba. Camino atemporal y necesario hasta ayer, para todos los que desde Castilla dirigían sus mercancías hasta las campiñas y los mares del Sur, ha sido desde los tiempos romanos un hervidero de vida en movimiento que hoy sigue animado como lazo de unión del populoso barrio de la Fuensanta con el centro de la ciudad. No existen muchas fotografías antiguas de esta histórica calle, pues nunca, incomprensiblemente, fue considerada de interés turístico o monumental. Cuando terminemos de dar este paseo, conmprenderás el enorme patrimonio que atesora esta ciudad, y que apabulla solo, en una de sus más sencillas calles.

El barrio de Santiago es de origen pobre y antaño dedicado a los trabajos manuales que se instalaron desde el principio de la ciudad, los talleres de cueros, tintes, hilaturas y aquellos procesos industriales que requerían abundante agua para la fabricación. Tener el río lamiendo sus pies, le confiere esta interesante característica. Es también el barrio más mudéjar de la ciudad, su urbanización como viviendas y edificios civiles se produce después de la conquista por Fernando III, lo que le confiere esta característica tan especial.

Puerta de entrada, iglesia y detalle del patio del Convento de Santa Cruz.

La Calle del Sol forma parte de una larga línea que une las afueras de la ciudad con la Mezquita y el Puente Romano. Nosotros vamos a empezar donde comienza su nombre; en la plaza de San Pedro, donde podemos ver la iglesia fernandina del mismo nombre y que conserva los restos de los mártires de Córdoba.  El primer edificio de interés que nos encontramos es el convento de Santa Cruz fue fundado hacia el siglo XV por Pedro de los Ríos. Destacan, "por su originalidad y por su configuración arquitectónica y artística", algunos espacios de interés el claustro principal, la iglesia, el palacio-conventual o casa de las novicias del siglo XVIII, la casa barroca del siglo XVIII, el patio del torno, la casa mudéjar o la casa del patio de Triana. Suele estar abierto por las mañanas.

La iglesia de San Pedro, el Hospital de los Ríos y una vista general de la Calle del Sol.

Enfrente el hospital de Santa María de los Huérfanos, conocido por el de los Rios. con portada manierista obra de Jerónimo Ordoñez en 1580. Fue fundado por Lope Gutiérrez de los Ríos en 1441 como Santa María de los Huérfanos. Hoy convertido en centro de día, conserva en su interior un magnífico patio de arcos.

Nos encontramos con la calleja de Portichuelo, que en el XVII, con motivo de morar en una de sus casas un médico de gran concepto apellidado Góngora, tomó este nombre con el que aun permanece, no está dedicada al insigne D. Luis de Góngora. Al fondo de la calleja hay un enorme patio privado, que antaño comunicaba con la calle del Viento.

La Casa de las Campanas.

Más adelante encontramos una pequeña plazuela, a donde afluyen las Siete revueltas de Santiago, y formando rincón vemos una casa conocida por la Casa de las Campanas, por haber sido fundición de ellas: Tiene arcos multilobulados y bellas labores mudéjares, lo que constituye un excelente exponente del arte mudéjar. Los arcos se asientan sobre columnas con bellos capiteles decorados. La portada tiene un frontón decorado de gran belleza. Es uno de los pocos ejemplos de vivienda de estilo mudéjar cordobés. En su interior se conserva la techumbre original. restaurada por el arquitecto D. Amadeo Rodríguez, que habitó esta casa a finales del siglo XIX; esta casa ha sido la solariega de uno de los mayorazgos que poseía el Sr. Duque de Alba. Hoy pertenece a la Asociación de Amigos de los Patios y hay varios talleres y vecinos que la habitan.

La calle del Viento enmarca y rodea la iglesia de Santiago, motivo central de la calle del Sol. Esta calle es de gran importancia para la historia de la ciudad, pues además de ser el primer suelo de la ciudad que pisan las tropas cristianas en su conquista, en ella habitó una mujer llamada Minciana, que educó y tuvo en su compañía á los jóvenes y después Santos Patronos de Córdoba: Acisclo y Victoria. En esta calle del Viento estuvo la primera ermita dedicada a ellos.

Iglesia de Santiago; rosetón y detalle del alminar.

En 1254, Alfonso X el Sabio, por resultar pequeñas aquellas fincas para alojar a dichos Caballeros regala otras en la Axerquía, en la antigua calle Sol, junto a una mezquita, hoy Iglesia de Santiago. En 1260 la Orden de Santiago transforma esta mezquita en iglesia cristiana de estilo gótico-mudéjar. Fue afectada por un incendio en 1979 y por el hundimiento de las naves en 1981, por lo que hubo de sufrir una profunda restauración. Es un templo jacobeo del Camino Mozárabe y en él se ganan indulgencias y es paso obligado para peregrinos. Entre lo más reseñable de esta iglesia está su torre que es un alminar califal del siglo X, que puede apreciarse en su interior.

De izquierda a derecha: Escuela de Artes, Portada renacentista del palacio del Marqués de la Vega Armijo y portada de la casa de los Condes de Valdelagrana.

Mas cerca de la puerta de Baeza y mirando á la plazuela de los Condes de Valdelasgranas, encontramos otra hermosa casa, la mejor del barrio, con una linda fachada, obra del arquitecto provincial D. Rafael de Luque y Lubian ; fue la casa principal del Sr. Marqués de Benamejí, en la actualidad es la sede de la Escuela de Arte y Oficios. Posee un interesante jardín romántico con estanque. Este palacio es el escenario central de la novela de Pio Baroja "La Feria de los Discretos".

En la misma plaza de Valdelagrana, y enfrentado a la Escuela de Artes, está el palacio de los Valdelagrana hoy centro educativo. Antes de colegio fue casa de vecinos, antes palacio de los Condes de Gavia, y antes lo fue de los de Valdelasgranas, ya comentados. Pero aún antes de aquello fue el Convento de los Caballeros de Santiago, instalados aquí en 1295. Lo más antiguo que se reconoce del edificio son unos arcos angrelados y apuntados sobre soportes ochavados, de estética mudéjar, que hay en sus patios, y que proceden de finales del siglo XIV.

La calle Rave nace frente a lo que fue el palacio Renacentista del Marqués de la Vega Armijo, posee una decoración renacentista, a base del recurso típico llamado "de galleta", siendo original la ventana, y reconstruida la parte inferior de la portada siguiendo el modelo que tuvo en su momento, fue construida en el año 1520. La calle Ravé conduce hacía el Panderete de las Brujas, un lugar donde la mitología de la ciudad, ubica a brujas y adivinas desde tiempos antiguos hasta finales del siglo XIX.

Iglesia de San Francisco, fuente y jardín de la Puerta de Baeza y detalle del edificio de las Lonjas.

La última calle que en la acera derecha desemboca en la calle del Sol, es la calle Tinte, llamada así por ocuparla el gremio de tintoreros. En ella murió Lope de Rueda, considerado hoy el padre del teatro español. Vivió aquí también Juan Rufo, cronista de Juan de Austria y autor de libros como la Austriada o los Comendadores de Córdoba, de donde Lope de Vega sacó su famosa obra del mismo título. Vivió aquí también Diego Ruiz, maestro en enseñar mozos a leer, y que fue quien enseñó en su infancia a Miguel de Cervantes.

Termina nuestra calle del Sol en la desaparecida Puerta de Baeza, de la que solo conserva el nombre ya, pues fue derribada en 1868. Y extramuros las ruinas de una iglesia de lo que fue el convento de los Terceros de San Francisco; conocido generalmente por Madre de Dios, que abandonado pasó a ser la primera fábrica de vidrios que hubo en la ciudad (no sé si quizás la única) hasta que fue convertido en asilo y refugio de transeuntes.

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NOTA: Aunque la Calle Agustín Moreno (calle del Sol) no es especialmente comercial, pues casi la totalidad está ocupada por casas solariegas, si hay dos establecimientos cerca de la puerta de Baeza, dignos de reseña. Uno es la Taberna los Mochuelos, donde además de los vinos y tapas típicos de la ciudad, reune algunos días un buen ambiente flamenco y tertulias a las que se puede asistir. El otro es una pequeña terraza que tiene el Restaurante Épora (Montoro en latín). Muy buena comida y agradable lugar.


 

 

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