No son cualquier cosa las columnas. Piezas claves de cualquier edificio histórico, estas han sido siempre objetos valiosos y muy codiciados. La historia está llena de testimonios que dan cuenta de que estas, eran regalos muy apreciados entre reyes y embajadores, que las cargaban en sus naves para llevarlas como presente a un lejano país aliado.

Nunca se tira una columna, y menos si son de granito o de mármoles exóticos traídos de todo el Mediterráneo. Siempre se reciclan y aprovechan, y más en tiempos pasados donde los materiales de construcción próximos se reutilizaban una y otra vez.

El caso de la Mezquita de Córdoba es un ejemplo de pizarra de este hecho. El gran bosque de columnas está construido con materiales de acarreo provenientes de edificios antiguos y sin uso de la ciudad. Sospecho que bien pudieran provenir del enorme patio porticado de Cercadillas, hoy semienterrado bajo las vías de un tren que vino demasiado rápido allá por 1992.

El bosque de ochocientas cincuenta columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan trescientos sesenta y cinco arcos de herradura bicolores, ha tenido también sus avatares en su transición a basílica cristiana.

El primer desmontaje no se produce hasta finales del siglo XV. La Catedral precisaba mayores acomodos y una mayor dignificación en la Capilla Mayor, realizándose en 1489 una Catedral cristiana donde estaba la antigua capilla del siglo XIII. Para esta obra se retiraron 12 columnas de la mezquita original.

Años más tarde el cabildo de Córdoba ordenó la construcción de la catedral en 1523. Para ello se retiraron 63 columnas a fin de construir una catedral exactamente en el medio de ella. 80 columnas, es decir un 10% del total que aun siendo pocas, han alterado profundamente la fisonomía del templo islámico.


A dónde fueron a parar estas 80 columnas.

Es seguro que no se tiraron a una escombrera, de la primera acción no quedan testimonios, pero es casi seguro que muchas de ellas fueron a parar a otros edificios de la ciudad entonces en construcción. Del segundo desmontaje, se sabe que estás fueron apiladas al otro lado del puente, en el Campo de la Verdad, en espera de su reutilización.

Junto a esta montaña de columnas había una pequeña ermita, de la que se tiene constancia de su existencia desde el siglo XII, y que en 1564 comienza una remodelación para convertirse en parroquia. Me refiero a la Iglesia de San José, esa parroquia “moderna” que hay detrás de la Torre de la Calahorra y que tan poco interesante nos resulta a la mayoría de los cordobeses.

Ese aspecto tan poco atractivo se le da en 1952, cuando fue remodelada por iniciativa del obispo Fray Albino prolongando desde la fachada, que hubo que rehacer, la longitud de la nave. Si no la conoces por dentro, yo te recomiendo que la visites si tienes oportunidad, pues en su interior, además de unas interesantes vidrieras de hormigón de Antonio Povedano, puedes ver ocho columnas reutilizadas de la mezquita en todo su porte y coronadas de capiteles romanos y visigodos muy interesantes. Creo que es el único sitio donde hay constancia cierta de que las columnas proceden de la Mezquita, pero también estoy convencido de que las otras 72 que faltan, están aun cumpliendo su función en edificios históricos de la ciudad.


Algunos ejemplos.

Sería muy interesante saber dónde se encuentran estas columnas supervivientes de la Mezquita, Yo creo que aun no se ha abordado esta tarea por ningún estudioso de la Historia, al menos mi curiosidad aun no lo ha encontrado. Pero si he visto en algunos edificios candidatas a este título.

La Casa de las Campanas, muy cercana a Viento10, tiene dos columnas que por su porte y los capiteles que las rematan, encajan perfectamente con la tipología de las columnas de la Mezquita.

La Iglesia de San Nicolás tiene en su pórtico trasero, tres columnas con capiteles romanos y cimacios, que se ajustan al perfil de las de la Mezquita.

El Hotel Mezquita junto a la puerta de Santa Catalina presume de tener columnas del templo, bien pudiera ser, pues cumplen todos los requisitos salvo quizás la altura, claro que pudieron ser cortadas para ajustarlas a la edificación.

La desaparecida Fonda Suiza (Hotel Suizo) de los hermanos Puzzini, parece que tuvo en el patio unas columnas de gran porte recicladas de un edificio anterior que había en el mismo lugar. Son sospechosas de ser también del templo, dónde andarán ahora.

El patio del Convento de Capuchinas, detrás de la plaza de Osio, tiene, no solo columnas, sino capiteles y cimacios que bien pudieran provenir de la Mezquita.


¿Y tú? Sabes de alguna o has visto algún patio con columnas de mármol que te hayan recordado al bosque de columnas. Pues compártelo con nosotros, escríbelo en los comentarios, por favor.

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