No, no es un manifiesto surrealista, es posiblemente la foto de Córdoba que más quebraderos de cabeza me ha ocasionado, también es la foto con la que me he divertido y aprendido más sobre algunos aspectos de la ciudad. Como bien reza en su pié, la foto es del archiconocido fotógrafo J. Laurent, un francés afincado en España en 1855 y al que le debemos la memoria gráfica de toda la península antes de la entrada del siglo XX. Y como también dice su pié, es “La Puerta del Mihrab o Santuario de la Mezquita”, además está en la fototeca del Ministerio de Cultura. ¡No hay duda es el Mihrab de la Mezquita!.

Pero a mí, que soy un cordobita irredento, amante profundo de las artes de la Mezquita, esta foto me planteaba muchas dudas. El gran arco de herradura del Mihrab me parecía diferente, no correspondía con el aspecto actual del mismo.

Y claro que no es el mismo. Para los que os habéis detenido en su observación, sabéis que el arco tiene como una aparente mancha de humedad que no es tal. Es una aplicación de mortero de otra tonalidad, dado intencionadamente para distinguir el mosaico original del restaurado. (ver foto y comparar).

Oficialmente está certificado que esta restauración la lleva a cabo el organista de la catedral Patricio Furriel. Un personaje muy mañoso, una especie de MacGyver que servía lo mismo para un órgano que para un descosido. Furriel merece una biografía que aun nadie ha escrito. La restauración comienza en 1826 después de desmontar el retablo de una existente Capilla de San Pedro que ocupaba este espacio y tapaba completamente el arco del Mihrab. Si amigos, el Mihrab estuvo oculto durante 500 años.

Como Furriel no disponía de teselas vidriadas, se le ocurrió una solución que es la que hoy luce el arco. Se cortaron pequeñas teselas de vidrio transparente que se doraron o pintaron de colores por detrás, se montaron en paneles independientes para cada dovela y una vez fijados en el arco mediante cuatro tornillos, se termino la decoración pintando algunos detalles sobre la superficie del mosaico. El diseño que se hizo entonces es una ornamentación de claro estilo renacentista que está muy alejado de la decoración bizantina de las dovelas originales de motivos florales y puro mosaico; nada de pinturas encima. Pero el resultado fue en general bueno y hoy nadie duda de que así era el arco en tiempos islámicos.

Pero entonces ¿de dónde sale esta antigua foto con todas las dovelas del mismo estilo?

Comienza mi búsqueda y mis sorpresas. Quizás sea una restauración anterior? no es posible. ¿Y si esta foto fuera la verdadera restauración de Furriel, y lo que hoy vemos nosotros es la restauración que se sabe que hizo en la mezquita Viollet-le-Duc en 1857 y que nadie sabe dónde. !Oh mon dieu! cuantas cosas he aprendido por culpa de esta foto.
¿Cuando vino J. Laurent a Córdoba?, ¿cuánto tomó esta fotografía?, en su primer viaje en 1855 o en los siguientes...


La solución
Al final fue la propia biografía del fotógrafo J. Laurent la que me dio luz y soluciones a esta enigmática e inquietante fotografía.

Resulta que en 1878, Laurent, que está afincado como fotógrafo de su Majestad en Madrid, decide abrir una sucursal en París donde vender sus servicios y sus postales. En aquel año tiene lugar la Gran Exposición Universal de París y España, dominada por el gusto isabelino de los gabinetes árabes, decide levantar un pabellón de estilo árabe y mostrar allí nuestras riquezas. Una de las piezas más llamativas e interesantes consistía en una reconstrucción a tamaño real de Mihrab de la Mezquita de Córdoba realizado por un tal José Botaña. Desconozco de qué materiales estaba realizado el trampantojo, si era realmente mosaico o lo hizo un maestro fallero, pues no existe (o existía) ninguna documentación gráfica sobre este decorado.

Bien, pues como la fotografía, no encaja en ninguna de las fases reales de la restauración del Mihrab, solo nos queda una posible explicación para esta: Se sabe que el establecimiento de Laurent en París cubrió los fastos y el evento gráficamente, por lo que esta foto corresponde al decorado realizado en el pabellón de España. Por picardía o quizás por confusión, esta foto fue etiquetada por Laurent & Cia, como el genuino Mihrab de la Mezquita de Córdoba, y así fue comercializada y guardada en colecciones sin que nadie hasta la fecha se haya percatado de que realmente no lo es. Lo que si es sin duda es la única foto que hoy existe de aquel espectacular decorado que reproducía fielmente el Mihrab cordobés.

Grabado publicado por La Ilustración Española y Americana del año 1878.
Único documento hasta la fecha conocido de este impresionante decorado y en el que se dice que los mosaicos estaban realizados con nácar y conchas marinas.

Texto: Luis Calvo Anguís.


 

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