El siglo XV traerá grandes cambios en las Artes y muy especialmente en la pintura. El arte Gótico y sus sistemas de representación basados en la escultura, las vidrieras y el mosaico dan síntomas de agotamiento, y esto junto con los descubrimientos de nuevas técnicas como la pintura al óleo o el estudio de la perspectiva, avisa ya que la Pintura será el arte hegemónico durante los siglos venideros y hasta la "reciente" aparición de la fotografía.
Pero como todo se construye sobre las cenizas del pasado, el Gótico será la fuente de la que beberá Jan van Eyck, al que se le atribuye la invención de la pintura al óleo. A través un viejo códice escrito por Teófilo, un presbítero benedictino autor de "De Diversa Artibus", una especie de manual escrito en el siglo XII, donde se recogen todos los procesos de la construcción de las vidrieras, entre ellas la producción de mezclas permanentes para tintar los vidrios "grisallas" que será la base científica de inspiración para que van Eyck desarrolle los pigmentos al óleo.
Pero vamos al grano; ¿que tiene que ver esto con Córdoba?. Pues mucho, porque en esta fase del Gótico tardío que aun reina en España a mediados del siglo XV, Córdoba y Barcelona serán los grandes centros de la pintura Gótica. Cualquier estudio sobre esta en el ámbito de Cataluña suele incluir un capítulo sobre la influencia de la pintura cordobesa en ella. Olvidada por siglos, es a mediados del siglo XIX cuando, con el interés por la arqueología y la museística, comienza a reaparecer estas joyas de la pintura. Aun hoy los márgenes de estas biografías y estudios, están diluidos, llenos de imprecisiones e incluso datos falsos provocados por un chovinismo casi enfermizo de la época.
Es el clan Romero de Torres, en su trabajo de poner en pié el Museo de Bellas Artes de Córdoba, la que pone definitivamente nombre a todos los grandes pintores góticos cordobeses, a los que llamarán "Los Primitivos". También denunciaran el total olvido y abandono en el que se encuentran estas joyas de la pintura, unas veces con éxito y otras no tanto.
Y así van apareciendo estos maestros olvidados: Pedro de Córdoba que es el autor de la pieza que hoy os traigo. El gran Bartolomé Bermejo, cordobés que desarrolla su obra en la catedral de Barcelona diseñando tablas y vidrieras, o Alejo Fernández, cordobés que es solicitado por Sevilla para pintar en la catedral y desarrolla allí toda su obra. Fijaros hasta donde puede llegar el chovinismo que el gran Alejo Fernández es hoy considerado el gran pintor gótico andaluz, y en algunas sus biografías se dice que fue el maestro de Pedro de Córdoba, pero curiosamente, el cuadro de la Anunciación está fechado en 1475, que es el año en que nace Alejo Fernández, por lo que resulta inverosímil que el "bebé" fuera el maestro de un Pedro de Córdoba ya consagrado. Es seguro que fue al contrario.
En fin! no me quiero alargar pues de estos artistas hay para contar hasta el aburrimiento, quizás en otro post lo haga. Solo apuntaros que muy posiblemente la larga estancia en Córdoba de Isabel la Católica, gran amante y coleccionista de pinturas flamencas, que viajaba siempre con sus pintores de cámara entre los que brillaban Juan de Flandes y Michel Sittow, tenga algo que ver con este momento tan brillante como olvidado de la pintura cordobesa. Isabel I es considerada hoy como el primer gran mecenas de la pintura en España.
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La Anunciación (o Encarnación que viene a ser lo mismo) se encuentra junto a la capilla de Santa Inés (muro de la Quibla -Sur- junto al Tesoro Catedralicio) es un óleo sobre tabla de 271 x 156 cm y fechado en 1475. Obra de Pedro de Córdoba y se hace por encargo de Diego Sánchez de Castro para su capilla.
En la parte inferior del cuadro, en una franja ancha, se lee la siguiente inscripción en caracteres monacales:
«Esta obra é retablo mandó facer Diego Sánchez de Castro, Canónigo de esta Santa Iglesia, á honor de Dios y de su Santa Encarnación, y de los bienaventurados San Juan Bautista, é Santiago é San Llórente, é Santo Ibo de Bretaña, é Santo Pió Papa, é Santa Bárbara; acabóse en 20 dias de Marzo de 1475 años.»
Todos los santos mencionados en la anterior leyenda, se miran en el cuadro con aureolas doradas, en donde están escritos los nombres de cada uno; y además hay dos figuras arrodilladas; los donantes. La una a la izquierda del espectador, tiene el traje de los canónigos y representa á Diego Sánchez de Castro; y la otra, con traje talar blanco y colocado más en segundo término, es el retrato del autor como lo dice un letrero que hay entre los dos y á la altura de la cabeza del segundo. El letrero dice: «Pedro de Córdoba pictor.»
Estamos ante una de las primeras pinturas al óleo y considerado durante mucho tiempo la obra fechada más antigua de España. Aquí puedes verla con más detalle.
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Pero este cuadro de La Encarnación tiene que ser necesariamente acompañado por este otro curiosamente casi del mismo tamaño. "El Bautismo de Cristo" una pintura mural anónima fechada hacia 1390, aparece por sorpresa cuando en 1989 se retira de la pared la tabla de Pedro de Córdoba para proceder a su siempre aplazada restauración. ¡Que gran metáfora se produce en ese instante! la pintura al óleo de Pedro de Córdoba había servido para ocultar "para matar" la escasa pintura mural y al temple que el Gótico ha dejado. Esta si es sin duda la pintura más antigua de la ciudad.
Se que la Mezquita es una potente centralidad del templo cordobés, que deja pequeña gran parte la obra de la Catedral, pero también por esta circunstancia se produce en cierta manera un menosprecio hacia toda la obra cristiana que nos impide disfrutar de las joyas que esta contiene, que son muchas.
¡No os perdáis estas dos obras que hoy conviven próximas en la Mezquita!. Ahí podéis apreciar de un golpe toda la evolución de la Pintura hasta su hegemonía renacentista, ver de dónde viene y hacia dónde va. Toda una lección de Arte..