¿Que tiene el artista M.C. Escher que tanto fascina? Sus composiciones imposibles y sus teselaciones delirantes lo mantienen aún de plena moda y actualidad. La red está llena de millones de reproducciones de sus dibujos, sobre todo los producidos después de visitar Córdoba y Granada, fuente de inspiración esencial y clave en la obra de este artista. 

Maurits Cornelis Escher, más conocido como M. C. Escher, viajó en dos ocasiones a España. La primera en 1926 en la que visitó la Alhambra de Granada donde tomó apuntes he hizo dibujos de los mosaicos del edificio.

Ya de regreso, Escher se esforzó por conferir una estructura rítmica a sus dibujos basándose en estas teselaciones, pero los resultados no fueron satisfactorios: Todo lo que consiguió hacer fue, según él mismo cuenta “dibujar unos animales deformes de gran fealdad y además el hecho de que la mitad de estos animales andasen en sentido inverso le disgustaba particularmente”.

Después de tantos fracasos Escher casi estaba convencido de haber ido a parar a un callejón sin salida. Durante diez años el tema de la partición regular de la superficie constituyó un tema tabú.

Sin embargo, en 1936 Escher volvió por España acompañado de su mujer, Jetta; este viaje influyó totalmente en su producción posterior. Visitó de nuevo la Alhambra de Granada, cuyos ornamentos estudió detenidamente, pero también visitó Córdoba, donde hizo dibujos y tomo notas de las teselaciones de los muros de la Mezquita. Es más que probable también que su famoso dibujo del patio con palmera, estuviera inspirado en los patios cordobeses. Es en este segundo viaje donde fueron puestos los cimientos de su obra pionera en el campo de la partición periódica de la superficie.  El descubrimiento de las decoraciones geométricas del mundo islámico supuso un hecho decisivo hasta el punto de llegar a obsesionarle y constituir la base de su trabajo en la etapa más madura, la que hoy lo ha convertido en el ilustrador más popular de Europa.

De su segunda estancia en España en la terrible fecha de 1936, Escher guardó un mal recuerdo: un malentendido provocó una estancia de varias horas en la cárcel. Al estar dibujando en Cartagena las viejas murallas, fue visto por un policía que consideró sumamente sospechoso que un extranjero dibujase las instalaciones de defensa de la ciudad, tomando a Escher por un espía. Tras ser llevado a comisaría, le fueron confiscados todos sus dibujos. Una hora más tarde y después de perder el barco de regreso, Escher fue puesto en libertad aunque no pudo recuperar los dibujos.

Escher leyó libros sobre ornamentos así como tratados matemáticos que no entendió. Solo las ilustraciones, que copiaba o reproducía en esbozo, le fueron de utilidad. Por fin se dio cuenta de lo que andaba buscando. En 1937 elaboró a grandes rasgos un sistema bastante práctico que más tarde, entre 1941 y 1942 fijaría por escrito. Entretanto ya había aplicado profusamente sus descubrimientos en sus dibujos de ciclos y metamorfosis.

Sus obras más populares de figuras imposibles, fondos reticulados con patrones y mundos imaginarios, han sido reproducidos innumerables veces en portadas de revistas y libros. En cierto sentido es uno de los artistas más referenciados en la cultura popular del siglo XX… y XXI. Otro gran personaje de la Cultura europea al que Córdoba y en especial la Mezquita, han dejado en él una marca indeleble.

LOS DIBUJOS DE CÓRDOBA DE M.C. ESCHER

Arriba un dibujo poco conocido de las arcadas de la Mezquita que hoy se exhibe en el museo que Escher tiene en La Haya.
La etiqueta que lo acompaña dice:

La Mezquita, Córdoba. 1936
Black an white crayons, 480x625 mm.
Dated and inscribed: la mezquita de córdoba 2-6-1936

Un interesante apunte de los tomados en Córdoba. Corresponde a las teselaciones en rojo y ocre que decoran los arcos de las puertas exteriores del templo. Pertenece a los fondos que el Museo Escher de la Haya guarda en sus archivos.

Una página de su tratado de Partición regular de la Superficie. En la parte superior puede verse algunos modelos de teselaciones. El del centro corresponde a las puertas de la Mezquita.

Up and Down, litografía, (1947)
Esta famosísima litografía, de la que podemos ver aquí un boceto preparatorio, tiene un evidente sabor cordobés. No solo porque sea un patio cordobés, sino también por el alternado de color de los arcos que recuerdan definitivamente a los arcos de la Mezquita. También podemos ver que en el boceto ha dibujado un típico torreón de casa andaluza.


 

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