El número ocho es una cifra muy andaluza y lo es porque esencialmente es el número cordobés por excelencia. En el cuento “El acercamiento a Almotásim” Jorge Luis Borges escribe: “Almotásim (el nombre de aquel octavo Abbasida que fue vencedor en ocho batallas, engendró ocho varones y ocho mujeres, dejó ocho mil esclavos y reinó durante un espacio de ocho años, de ocho lunas y de ocho días)”

El 8 está presente en la Estrella de Salomón, que es un símbolo muy importante en diversas culturas de Oriente y Occidente. La también llamada estrella tartésica - es decir; andaluza- es una estrella de ocho puntas, resultado de la superposición de dos cuadrados concéntricos, uno de los cuales ha sido girado 45 grados. También es conocida como estrella de Abderramán I, primer emir independiente de al-Ándalus, quien desde Córdoba, la popularizó por todo el Mediterráneo, África y Europa. Por cierto, Abderramán I inauguró un período de ocho siglos de dominio musulmán en España.

Los árabes llaman a esta estrella Rub el hizb, rub significa "cuarta" e hizb significa "parte". Parece ser que es una representación del paraíso, que según la creencia islámica está rodeado de ocho montañas.

Pero también para los cristianos tiene el ocho mucha tela que cortar. Es la representación de la resurrección y de la vida eterna (el infinito es un ocho). El  número 8, se menciona 80 veces en La Biblia y en la Tora también 80 veces. Ocho son las bienaventuranzas, David era el octavo hijo de Isaías y Salomón era el octavo hijo de David. Habían ocho escritores en el Nuevo Testamento y ocho fue el día que empezó Todo (siete fue domingo en el Paraíso).

Ocho es la clave de la “proporción cordobesa” un número áureo cordobés que se utilizó para construir la Mezquita y otros monumentos de la ciudad. El valor de esta proporción es 1,306562964 que es la relación entre el lado y el radio de un octógono. Ocho son las paredes del núcleo más sagrado de la Mezquita de Córdoba, por la que el ocho se reparte hasta en los pequeños detalles. Ocho son también los lados de sus cúpulas de nervios cruzados. Ocho son las provincias de esta Andalucía mágica, ocho los años que Isabel y Fernando vivieron en Córdoba y ocho las declaraciones de Patrimonio Mundial que tiene la provincia de Córdoba.

Ocho es la última nota de la escala musical, que es igual que la primera (de nuevo el infinito). Un tablero de Ajedrez posee dimensiones de 8x8 escaques, dando lugar a sus 64 casillas. 8 son los trigramas del “I Ching”. Para Pitágoras el 8 significaba el número de la justicia porque siempre se podía dividir en dos partes iguales. Ocho son los electrones externos de un átomo, y los únicos que pueden ser atraídos por otro átomo cercano. Ocho son los pétalos que describe la rosa polar del péndulo de Foucault que constata la rotación de la Tierra. Ocho son los bits que forman 1 byte, que en castellano se llama “octeto”. Ocho son los vértices que tiene el Cubo y los tentáculos que tiene el pulpo. Ocho es el mes de las vacaciones y 8 horas; una jornada de trabajo.

Y en China ocho es el número de la suerte y por eso los Juegos Olímpicos empezaron, el 8 de agosto del 2008 (08/08/08) a las 8:08:08 de la noche. Los apartamentos y habitaciones de hotel que llevan el ocho, en China son más caros.

Ah! por cierto,ocho son los años que vamos a cumplir y ocho son las habitaciones que nuestro Hotel Viento10 pone a vuestra disposición. No podíamos ser menos en esta ciudad infinita donde no es igual ocho que ochenta.

¡Nos gusta el ocho casi tanto como el 10!


 

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