De verdad que lo siento por nuestros hermanos de Huelva, pero destronados hoy tendrán que conformarse con ser este año la Capital de la Gastronomía Española.
Es necesario hacer rutas por la provincia para entender el porqué de este éxito. La mitad norte de Córdoba, empezando en la propia capital, es un extenso territorio de montes y dehesas apenas trazado por carreteras. Un verdadero espectáculo de la naturaleza poco conocido fuera de nuestras lindes, y que ha sido desde tiempos inmemoriales la fuente de riqueza y recursos que hizo brotar para la historia y la cultura, a esta interesante ciudad que fue capital de la Bética romana y centro del Califato más brillante de la cultura musulmana de todos los tiempos.
La Sierra Morena de Córdoba está casi en su totalidad dedicada a la ganadería, desde enormes cotos de caza a ganaderías de toros de lidia, pasando por ganaderías bovinas para leche y carne y, por supuesto, al cerdo ibérico. Un cerdo que crece en libertad y alimentado con una montanera* dulce y abundante. Esto unido al alto grado de capacitación y conocimiento que hoy tienen nuestras cooperativas agrarias, son las claves de este merecido premio al mejor jamón del mundo.
Nota para el viajero:
Todos los jamones y productos cárnicos del Valle de los Pedroches en Córdoba son de excelente calidad. Cercano a la plaza de las Tendillas, la calle Alfonso XIII agrupa de forma casi gremial tiendas donde venden estos exquisitos manjares directamente sus productores. Una calle estupenda para comprar algún tesorillo para llevar y disfrutar.
(*) La montanera es la última fase de la cría del cerdo ibérico y consiste en dejar pastar al cerdo en la dehesa, donde se produce el engorde tradicional, entre bosques de alcornoques y encinas, siendo su fruto, la bellota, el alimento fundamental antes del sacrificio. Se realiza de octubre a febrero.